El perro negro

 
Anoche soñé con un perro negro, y cuando me desperté y lo racionalicé, sentí miedo. He escuchado tantas veces que los animales negros traen mala suerte, que mi mente, que empezaba a aclararse, se fue al lugar más común que encontró y me quitó, por un segundo, la paz.

Luego recordé bien al animal que se me acercó en sueños, y que poco se parecía al Grim. Sus ojos me buscaban en medio de una oscuridad nada familiar, pidiéndome con su silencio que acariciara su carita, que lo dejara cuidarme y que nos cuidáramos juntos, por quién sabe cuánto tiempo.

No sé de dónde salió ese ser ni por qué entró a mis sueños, siendo yo tan “team gatos”, pero llegó a embargarme de una ternura inesperada, una ternura anhelada con tanta fuerza que, en vigilia, ha sido repelida de manera inevitable. Pero en mis sueños, este ser se acercó sin rebotarme su miedo, buscándome como si ya me conociera, como si me necesitara… porque yo lo necesito.

Creo que hay mucho simbolismo ahí que aún tengo que explorar, pero me quedo, de momento, con las ganas de estar ahí, tan contraria a la de huir de lo que puede dañarme cuando empieza a importarme.

Estoy realmente conmovida por haber soñado con una mirada tan dulce, y con la posibilidad subyacente de que esa mirada sea la mía. Pudo ser una de mis tristezas mirándome de frente, puede ser mi intuición tratando de decirme algo que, despierta, todavía no soy capaz de elaborar, pero siento que esa mirada viene de un rincón de mi corazón que está tratando de contarme algo que ya estoy casi lista para escuchar. Algo que no tiene que ser peligroso solo porque está escondido.

Siento que hubo algo ancestral en su mensaje, que lo único que debo sobrepensar es un agradecimiento por su presencia en la fase REM de mi sueño, y abrirme al mensaje que esté por venir.

Y si el mensaje es que me voy a encontrar a ese perrito en la vida real para hacerlo parte de mi hogar, eso haría muy feliz al ser humano que me hace feliz a mí, y le cambiaría la existencia por completo a un par de gatos que no creo que estén esperando para nada ese plot twist.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yoga – Ka, el camino eres tú.

Epístola dominguera

Sobre la infertilidad