Sobre los mapas
La existencia de los mapas me obsesiona y me parece increíble como esta forma de representación resuelve tantas cosas y plantea tantas otras. Pienso en los primeros que tuvieron la necesidad de comprender su lugar en el mundo, y la sucesiva exploración que los llevaría a la construcción de esta suerte de artilugio mágico y me imagino su sensación de satisfacción al conseguirlo. En un mapa están vaciadas las señales para llegar de un sitio a otro, las sorpresas geográficas y las líneas invisibles que nos separan, pero también vaciamos una y otra vez nuestra intención de desplazarnos, de descubrir el mundo y tal vez el universo.
Un mapa es
un conjunto de símbolos en los que tenemos que estar de acuerdo y que podríamos
entender, aunque no hablásemos el mismo idioma y eso sublima mucho más su
significado. Cada uno de los signos que representa un hito, un borde, un
accidente o una barrera, a su vez hace nacer en su superficie la posibilidad de
transitar a salvo lo que de otra forma sería incierto. En él se contienen océanos,
tierras, montañas e islas, pero también sueños de viaje y aventura.
Gracias a
los mapas tenemos cartas de navegación y los cielos y los mares también están
permitidos, un mapa te abre los pies al mundo y desdibuja su serte ajeno. Por
eso tengo esa manía de llevarme un mapa de cada lugar al que visito y ese sueño
de coleccionar objetos que adquieran la propiedad de ubicarme, como brújulas y
telescopios.
Tener uno es
identificarse pequeño ante la escala de lo que encarna y asumir de una manera romántica
su falta de detalle. No se trata de un plano perfecto con casas, parques y
plazas, sino de una ventana a la expresión horizontal de la naturaleza y la
existencia de la vida, sea cual sea su forma. En ellos juegan datos entre capa
y capa y se le atribuye a quien lo lee la posibilidad de sobrevolar lo que se
extiende más allá de sus pisadas, una rosa de los vientos puede mostrarte el
rumbo al horizonte asignándole un punto cardinal y un conjunto de números se
convierten en la clave para medir en grados las distancias, tú y todo lo demás
se convierte en una coordenada, en un sitio perfecto que no puede ocupar nada
más. Un mapa afirma el paso del tiempo y delata las pangeas de otras eras, registra
la deformación de los bordes y las orillas y representa corazones que vivían de
la ilusión de cambiar de vida.
Los mapas
están en todas partes y a veces no lo notamos porque nos engañamos a nosotros
mismos diciéndonos que sabemos perfectamente donde nos encontramos, pero lo
cierto es que a todos nos hace falta de vez en cuando la certeza de que estamos
en el camino correcto. Un mapa puede llevarte ante un tesoro, sin necesidad de
atravesar el arcoiris.
El mapa es
tan antiguo como nuestra necesidad de reencontrarnos y lejos de apresarnos
dentro de un territorio nos dio la oportunidad de emanciparnos. Ahí donde unos ven un simple trazo, yo veo
propósito, perspicacia y libertad. Habrá quien ve un mapa como un símbolo de
nuestra capacidad de alejarnos o asumirnos extranjeros, pero para mí lo
pertinente sería aceptar que el problema no radica en el mapa si no en las fronteras
y en los límites que nos da por dibujar.
Algunos mapas que me gustan:
Los mapas te ponen los pies en la tierra
ResponderEliminarLos mapas, como al principio, también muestran tu recorrido, una historia del camino que transitaste y la transformación que sucedió durante ese tiempo. Permiten reubicarte y viajar nuevamente!
ResponderEliminarComo docente me traslada a la puesta en escena para dar clases en diferentes materias de una manera divertida,con una estrategia diferente,que el alumno se motive en geografía,introducirlo a la lectura recreativa en lengua,castellano,que vuele su imaginación en artística,dibujo,en la historia de un lugar a partir de un mapa,en matemática con medidas,escalas...
ResponderEliminarUn mapa siempre será una representación de un lugar en un momento determinado. Por lo que sirve para estudiar la evolución de ese sitio en una línea de tiempo. Puedes ver qué tan rápido ha sido el crecimiento o muerte de un lugar. El efecto que tenemos en ese pedazo de tierra. Eso me parece fascinante.
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