Sobre mi identidad

A veces cuando me preguntan “¿De dónde eres?” siento que en realidad me están preguntando quién soy, porque obviamente mi gentilicio terminó por definirme de una manera que los que me conocen ahora perciben como ajena. Haber nacido en el trópico, crecido cerca del Mar Caribe y mirando juntos al Caroní y al Orinoco, y convertirme en adulta mirando al Ávila, edificaron a la persona que fui y que al cabo de un tiempo tuvo que tomar la decisión de emigrar, para convertirse en esta especie de alien que pocos reconocen. No es que todo eso me haya dotado de ritmo o de lo que puede considerarse como sabor venezolano, porque honestamente carezco de esas cosas, pero lo cierto es que, aunque una nacionalidad no te define, la geografía aleatoria donde vine a hacerme de una vida dejó profundos surcos en mi pensamiento y condicionaron mi manera de ver al mundo y representar mi papel en él. La mayoría del tiempo bloqueo casi inconscientemente la sensación de nostalgia y la sustituyo con la ocu...