Sobrevivir a punta de sueños

Una vez escuché una frase que decía: "Por desgracia la superabundancia de sueños se paga con un número creciente de pesadillas" de Sir Peter Ustinov y la frase quedó resonando en mi cabeza por mucho tiempo, volviendo cada tanto para ser reconocida como una realidad de la que no soy capaz de escapar. Si hay algo en lo que he sido siempre fértil, es en la producción incesante de material onírico, pero mis sueños no son más que la base que sostiene los miedos que viven sobre una línea de fracción. Mientras duermo, me paseo por esas muchas otras vidas en las que soy libre, para con frecuencia caer a su versión más oscura y tenebrosa, pero lo hago asumiendo el riesgo y entendiendo que no hay claroscuro sin extremos.

El problema es que eso no solo me pasa cuando llega la noche y me hipnotizo con el propio aleteo de mis ojos, sino que también me pasa despierta cuando me da por soñar con papel y lápiz en mano y proyectar las líneas que quiero que pasen de ser ensoñaciones a convertirse en planes y metas. En ese momento me invaden todas las dudas del mundo y a modo de boggart se presentan como el miedo de turno, miedo a exponerme, a fracasar, a ser ignorada, a fallar, a perder.

Esa es la batalla a la que me enfrento a diario, un constante atreverme a migrar de la que fui el día anterior para convertirme en una más valiente y más segura, para creerme la postura temeraria que adopto ante el mundo. Es un ejercicio consciente que me cansa, pero que no puedo dejar de hacer porque eso significaría paralizarme. No sé si esta dinámica frecuente de auto convencimiento me haya preparado bien para la vida, pero lo que si se, es que me ha permitido hacer lo que nadie espera de mi pero que tampoco nadie duda. Esto es lo que me lleva a experimentar una y otra vez para batir mis marcas personales, aunque en el proceso millones de pesadillas breves me hagan sentir que no soy suficiente, y así es como de vez en cuando logro lo que por momentos el pánico no me dejaba imaginar.

Así es como una y otra vez llega el día de cumplir un nuevo sueño con el que tejer una armadura para dar la guerra contra la próxima pesadilla.

                                                                                       Fuente: iStock.