Misión de reconocimiento

La de ayer se prometió ver hacia atrás cada cierto tiempo, para mirarse en el espejo de su pasado, sin estar segura de que reconocería si quiera partes de ella misma. La que fue a los veintiséis aún vive dentro de ella y cada cierto tiempo se revisa a ver si aun sigue viva a pesar de que sus células, todas ellas, ya se han renovado por lo menos una vez. Es fácil deletrearse en tercera persona cuando ese espejo te muestra algo que por momentos desconoces, pero también fácil recordar quien fuiste cuando dolores, lamentos y certidumbres nacen a partir de lo que fue real cuando fuiste otra. Soy las muchas que han vestido con mi piel y las que iré acumulando mientras pueda seguir reviviendo con la excusa de envejecer. Hoy, mis uñas de los pies están pintadas de rojo, demostrando que lo impensable se vuelve posible cuando maduras y adquieres un poco más de amor propio. Mis extremos de carne y hueso me sostienen con más seguridad que antes, no solo porque les peso menos, sino porque ...