Sobre las puertas

La primera puerta que utilizamos en la vida es una madre y a partir de ahí, para bien o para mal, atravesamos infinitos portales para desarrollar nuestra alma, día a día una hoja nueva se abre y se presenta en blanco para escribir sobre ella con nuestros pasos. Atravesar una puerta es una forma de comunicarnos con el futuro, de construir una noción de pertenencia sabiendo que dejamos el afuera detrás de un escudo que nos protege de los elementos y el desamparo. Una puerta nos separa de lo que no queremos ser, nos evita tener que huir de algunas realidades que preferimos ajenas y nos da tiempo para decidir cuándo queremos encarar ciertas verdades. Seamos poseedores de la llave o debamos tocar para que nos dejen pasar, una puerta nos revela el concepto de público al mismo tiempo que el de íntimo, para entrenarnos para una vida en la que tendremos que enfrentarnos millones de veces con la necesidad de aislarnos o exponernos. En ellas podemos dar la bienvenida a quien queramos cerca, dot...