Amor

Te debo tantas cosas que cuando me quedo pensando en ello, me abrumo y a veces me pasmo. Te debo, sobre todo, que te hayas manifestado de tantas formas a lo largo de mi vida, la mayoría de ellas tiernas y bellas. Me sentía amada desde antes de que pudiese verbalizarlo, porque quien me trajo al mundo lo hizo con los pronósticos en contra y a partir de ahí, todo fue amor, aun en los momentos en que eso era sinónimo de desesperación. Recuerdo perfectamente la vez más temprana que te sentí llegar de alguien distinto a mi familia, porque fue en combo. Llegaste de la mano de mi mejor amiga y su aceptación total del ser que fui y del primer chico que me amó verbalmente, ese que ya he contado tantas otras veces que me llenó de te quieros repetidos en cintas de papel que sirvieron de utilería para escenificar el drama adolescente que vivimos por no queremos de la misma forma. Es así como desde siempre has sido sinónimo de intensidad y de aliento, porque aun cuando me sentía un bodrio m...